Lección 4:
Hermanos en disputa
Mira las noticias cualquier noche y probablemente escucharás historias acerca de Oriente Medio. Este conflicto no es nuevo. La gente en Oriente Medio ha estado peleando por mucho tiempo, para ser más exactos, por cerca de 4,000 años. La mayor parte de este conflicto se remonta a la historia de dos niños.
Mensaje:
Dios nos ayuda a tener una actitud amable en situaciones difíciles.
Versículo para Memorizar:
“Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo”.
(Efesios 5:21)
Textos clave y referencias:
Génesis 21:1-21
Patriarcas y profetas, cap. 13, pp. 125-128.
Después de muchos años de esperar el hijo prometido, Abraham y Sara desistieron de esperar la decisión de Dios y tomaron el asunto en sus manos. Sara dio a su sierva Agar a Abraham por esposa. Pronto Agar estuvo embarazada, pero ignorar los planes de Dios trajo resultados desastrosos.
Abraham tenía 100 años cuando nació Isaac. Como puedes imaginar, el nacimiento de Isaac trajo mucha alegría a sus padres. Este era el hijo que Dios había prometido cuando visitó a Abraham 25 años antes. Después de 10 años, cuando no aparecía el hijo prometido yAbraham preguntó si su siervo sería su heredero, Dios reiteró su promesa concerniente a este hijo. Después del nacimiento de Ismael Dios prometió nuevamente a Abraham un hijo con Sara. Abraham pidió la bendición de Dios sobreIsmael, su primer hijo. Pero el hijo de Sara era el hijo de la promesa, por medio del cual Dios establecería su pacto. La nación prometida mucho tiempo antes serían los descendientes de Isaac, no los de Ismael.
Después del nacimiento de Isaac aumentó la tensión en el hogar de Abraham. Abraham hizo una gran fiesta para Isaac cuando era pequeño y esa fiesta tan grande irritó ciertamente a Ismael y su madre. Cuando Ismael comenzó a atormentar a Isaac, quien era mucho más pequeño, Sara no lo pudo tolerar.
—¡Echa de aquí a esa esclava y a su hijo! —le dijo Sara a Abraham. Aparentemente ni siquiera quería pronunciar sus nombres (Génesis 21:9). La primera vez que Sara se quejó de Agar, Abraham le dijo que podía hacer lo que quisiera. Pero ahora Agar era la madre del hijo de 14 años a quien él amaba. En esta ocasión buscó la ayuda de Dios para su problema.
—Hazle caso a Sara —le dijo Dios—. Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac. Pero también del hijo de la esclava haré una gran nación, porque es hijo tuyo.
Eso era algo duro de escuchar, y mucho más duro de cumplir, pero al día siguiente Abraham llevó a Agar un poco de alimento y agua y la envió al desierto con su hijo mayor. ¿Puedes imaginarte la angustia que sintió al verlos partir?
Dios cuidó de Ismael y su madre. La Biblia dice: “Dios acompañó al niño, y este fue creciendo” (Génesis 21:20). Ismael debió mantener contacto con Abraham porque él e Isaac enterraron a Abraham cuando murió. Ismael tuvo 12 hijos, y las características que el ángel predijo para Ismael pasaron a sus hijos. “Sus descendientes se quedaron a vivir [...] cerca de Egipto. Allí se establecieron en franca oposición a todos sus hermanos” (Génesis 25:18).
Los descendientes de Ismael se convirtieron en una nación, lo mismo que los descendientes de Isaac. En la actualidad conocemos a los descendientes de Ismael como los árabes y a los de Isaac como los judíos. La mayoría de las luchas en el Medio Oriente se remontan a esos dos hermanos, el hijo de la promesa que recibió toda la herencia de su padre y su medio hermano mayor que fue expulsado de la casa de su padre y enviado a vivir en el desierto. Ambos reclaman a Abraham como su padre. Ambos reclaman el país de Israel como su territorio legítimo. Y todavía viven en hostilidad el uno con el otro.
Probablemente Abraham nunca imaginó que esta disputa entre hermanos todavía estaría vigente 4.000 años después. Pero algunas decisiones tienen resultados duraderos que pueden perseguirnos por años e inclusive por generaciones.
La decisión de Abraham de tomar una segunda esposa estaba en contra de los planes de Dios para la felicidad de la familia. Todavía vivimos con las consecuencias de esa decisión.
Dios conoce la fórmula para un hogar de éxito y nos pide que la sigamos para nuestro beneficio. El plan que él ha diseñado para las relaciones interpersonales no nos conducirá a años de angustia y remordimiento. Desea que podamos mirar el pasado de nuestras vidas sin tener que decir: “Si yo nunca hubiera...”.
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